Bosquejo de la epidemia de fiebre amarilla que reinó en Maunabo, Pto-Rico, el año de 1885 / por Antonio Jose Amadeo.

  • Amadeo, Antonio Jose.
Date:
1886
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Credit: Bosquejo de la epidemia de fiebre amarilla que reinó en Maunabo, Pto-Rico, el año de 1885 / por Antonio Jose Amadeo. Source: Wellcome Collection.

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    Nuestros lectores conocen bion la historia délas inoculaciq- nes preventivas, desde los ensayos de Humboldt en la tlabana, hasta los recientes experimentos de los profesores Freiré, de Rio Janeiro y Carmona de Méjico, los que se continúan en gran escala; pero miéntras no se pruebe terminantemente la virtud preservativa de los virus atenuados, (17) que será el triunfo com- pleto de la profilaxis, lo más juicioso y prudente es alejarnos pronto del centro miasmático, teniendo la convicción íntima de haber evitado con este consejo, la pérdida de algunas vidas. Los extranjeros con poco tiempo en el pais, los que han pa- sado toda su vida en las alturas, no deben visitar las poblaciones contagiadas, sobre todo de noche. La inmunidad se adquiere por ataques más ó ménos inten- sos, por la larga residencia en las poblaciones del litoral, que implica la tifizacion lenta y por idiosincrasia ó herencia, con lo que no hay que contar mucho, Y asi, al primer aviso, deben instalarse en los campos, con preferencia en las alturas, los jóve- nes, los niños y los recien llegados al pais; pues la experiencia nos dice que éstos son el pábulo y las víctimas de la fiebre. Que no es un preservativo la modificación orgánica fisioló- gica producida por el clima, lo prueba el hecho de que los natu- rales de aquí, que viven fuera de los centros urbanos á po^ca dis- tancia, bajo las mismas condiciones meteorológicas, viejos y jó- venes, sufren el mal como si fueran forasteros. A los no acli- matados que, por necesidad ú obligación, tengan que permane- cer en los pueblos, les aconsejamos sustraerse á todo ejercicio violento, huir del sol y del iftreno, desayunarse temprano, no co- meter excesos de ningún ¿enero, evitar los chubascos y los en- friamientos, usar vestidos de algodón, baños ó abluciones diarias de agua fria con rom de malagueta, tomar tarde y mañana una copita de vino de quina con dos ó tres cucharaditas diarias de b(i- carbonato de soda, lo que estimula la acción del hígado y las se- creciones intestinales; mas no se puede asegurar de que con es- tas y otras prácticas higiénicas estemos exentos del terrible mor- (17) Se nocositaii iilg.inos años para ver si los vacunados qiioduu rcaluieiito iii- (uunes en medio délas epidemias, y si la proservac'jn es toinpcral ó por toi'a la vida.